Automatizar procesos repetitivos, mejorar la economía de los procesos, optimizar la operación y ser escalables, son varios de los objetivos que muchas empresas se imponen en los últimos años. La Automatización Robótica de Procesos (RPA, por sus siglas en inglés) representa una gran ventaja para lograrlo, pero existen muchas afirmaciones que no se logran sólo con su implementación.
La RPA es una tecnología que tiene como objetivo reducir la intervención manual en el uso de aplicaciones informáticas, automatizando tareas mecánicas y repetitivas para dejar en los humanos aquellas acciones que requieren interpretación o análisis, aunque en el futuro no se descarte que con el desarrollo los procesos cognitivos de Inteligencia Artificial (IA) y Machine Learning (ML) puedan ejecutar tareas de ese tipo.
Cada empresa puede evaluar si requiere automatizar algo en su operación, observando si tienen tareas repetitivas, trabajo físico predecible o impredecible, recolección, administración y procesamiento de datos, interacción con personas internas o externas. De hecho, Pablo Corredor, gerente de tecnologías emergentes en Stefanini, menciona que más del 63% del trabajo que se ejerce en oficinas es susceptible para la implementación de RPA.
El reto de cada organización es poder identificar, calificar y priorizar las oportunidades de automatización. Existen muchas variables que influyen en este tipo de decisiones, las principales son:
Cada proceso de RPA depende estrictamente de la operación a la que se aplique, no hay recetas secretas, lo que sí debe de haber es un análisis que defina si va a agregar o restar valor con el usuario el cambio en el proceso.
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