Las metodologías ágiles
Han tomado relevancia en los últimos años, sobretodo en el sector digital para el tema de innovación. Las ventajas que ofrecen es poder desarrollar las ideas en cortos periodos de tiempo, mejor conocidos como sprints, esto permite alcanzar proyectos más probables y viables.
Cuando se prueban las ideas de forma más rápida, se verifica si los productos y servicios responde a las necesidades del cliente, otra virtud del agilismo es que se enfoca en los usuarios finales, por lo cual los equipos hacen entregas de valor para los negocios.
Es importante destacar que la velocidad no debe usarse para determinar la productividad (es solo un indicador), lo que importa es el resultado al final y lo que se ha producido. Empujar a un equipo para aumentar dramáticamente su velocidad sin un objetivo determinado podría llevarlos a reducir las pruebas de aceptación u omitir la reparación de errores solo para alcanzar la velocidad.
Si lo que necesitas es implementar o mejorar estos procesos aquí le tenemos una serie de consejos de algunos Scrum Masters de Stefanini, quienes acompañan al equipo durante todo el desarrollo del proyecto y aseguran el cumplimiento de las buenas prácticas, actuando como un facilitador y alguien que da soluciones, por lo cual son los más aptos para ayudarnos a mejorar.
1. Identifica los impedimentos:
Cuando se inicia un proceso hay que identificarlos y darles solución para que conforme avance el proyecto estos ya estén controlados o no representen un obstáculo, así habrá menos pérdida de tiempo. Se recomienda hacerlo para las actividades grupales e individuales.
2. Equipos pequeños:
Entre menor tamaño tengan, será poco probable que se pierda información, cosa que sucede con los grandes grupos de trabajo. La buena comunicación ayudará a que sean más ágiles. Además se debe cuidar la rotación de los integrantes, cambiar constantemente significan curvas de aprendizaje que podría alentar los procesos.
3. Reuniones diarias:
Éstas deben ser cortas, no más de 15 minutos, sólo para que todos conozcan los progresos. Se recomienda prepararse antes de la reunión, tener en cuenta lo que hizo el día anterior y lo que se debe hacer hoy. Si algún tema no involucra a todo el equipo, que no sea parte de la junta.
4. Mejoras continuas:
Es la naturaleza del agilismo, por lo cual se debe llevar a los distintos niveles. Se puede comenzar con pequeñas acciones, algo fácil de hacer en un sprint que no llevará mucho tiempo. Solicite sugerencias y desarrolla el plan para lograrlo.
5. Visibilizar el trabajo:
Hace al equipo más responsable de la entrega. Tener métricas y otros gráficos impresos en las paredes también ayuda a las partes interesadas y colegas a conocer el avance.
6. Evita ser multitarea:
Cuando se comienza con una tarea y se detiene para hacer otra, se pierde tiempo porque al final regresamos a la inicial, tiene un costo invisible. Es un buen hábito limitar nuestro trabajo en progreso y centrarnos en terminar.
Si ya trabajas de esta forma estos consejos solo son un recordatorio de lo que hay que seguir haciendo y si comienzas, esto puede ser una buena guía de las acciones que debes tener sin importa el proyecto en el que estés. Los 6 puntos son buenas prácticas para el trabajo colaborativo.