Human augmentation: cómo puede la IA explorar lo mejor de hombres y robots

Mucho se ha dicho sobre la pérdida, o no, de empleos con la implementación de nuevas tecnologías y algoritmos de Inteligencia Artificial (IA), cuyo desarrollo seguramente se acelerará en los próximos años.

Antes de ser un sustituto de la capacidad humana, la IA funciona como un catalizador que nos permite utilizar las mejores características de las personas que trabajan con nosotros, ampliando su capacidad y eficiencia, un concepto que comienza a conocerse como human augmentation.

En pocas palabras, los robots son excelentes para tratar y comprender patrones. Todo lo que funciona siempre o con mayor frecuencia puede ser manejado por ellos. No se trata tanto de la cantidad de pasos que componen un proceso como de su homogeneidad.

Los humanos son excelentes en soluciones creativas, manejo de excepciones, vinculación y gestión de crisis. Sin embargo, se sienten abrumados y cansados ​​cuando se ven obligados a lidiar con procesos repetitivos.

Es un poco como los héroes del cine, pero en lugar de una armadura inteligente, usamos robots que pueden procesar el lenguaje, leer texto y evaluar datos. Estas herramientas especializadas hacen la parte pesada y tediosa de cualquier trabajo administrativo o de cumplimiento: comprensión, clasificación, filtrado, reenvío. Al final, las personas de carne y hueso hacen la parte más noble de la tarea: tomar decisiones, crear soluciones, resolver problemas, priorizar demandas.

El uso masivo de IA en nuestras operaciones no causó desempleo o reducción en nuestros equipos. En promedio, todavía tenemos más de 600 vacantes abiertas cada mes. Pero ha generado, y sigue generando, una revolución en la eficiencia. Hacemos más cosas de manera más rápida y eficiente, reduciendo la cantidad de errores, permitiendo que cada cerebro humano y electrónico haga lo mejor.

A mediano y largo plazo, sabemos que esta mayor eficiencia genera más negocios, lo que a su vez crea más empleos.

El mercado se está moviendo lo suficiente como para saber que el uso de cualquier tecnología es inclusivo, y seguimos encontrando más formas de usar estas funciones en monitoreo activo e inteligente, predicción, recomendación y seguridad.

Es importante agregar que las inversiones en IA deben ser consistentes y continuas para funcionar. Quedaron atrás los días en que prometiste una caja mágica para resolver rápidamente los problemas.

La IA depende del conocimiento del proceso y el modelado de datos, paciencia en la implementación y los ajustes continuos. Si es así, los resultados son acumulativos y tienden a acelerarse con el tiempo, generando ventajas competitivas reales.

Lejos de ser una amenaza, la IA es una oportunidad factible que puede ayudar a Latinoamérica a comenzar un nuevo ciclo de crecimiento y eficiencia. Según los datos de Fortune Business Insights, la capacidad de explotar estas soluciones está directamente relacionada con el crecimiento económico. Se espera que el mercado alcance los $203 mil millones para 2025.

Una encuesta realizada en 2018 por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que, en los próximos años, América Latina en su conjunto podría aumentar su PIB del 3% al 4% por año. El crecimiento del PIB de Brasil en 2020, por ejemplo, se estima en un 2%, datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicados en noviembre de 2019. Según el BID, este índice podría moverse hasta un 4,1% con la propagación de la IA a través de varias verticales de la economía y regiones de Brasil. Vale la pena señalar que más de la mitad de estas ganancias serían proporcionadas por una mayor productividad corporativa.

En este nuevo escenario es necesario invertir en la transformación de la educación. China, por ejemplo, lanzó en 2017 un programa para alentar el desarrollo de nuevas generaciones de IA. En este viaje, el gobierno chino hizo exenciones de impuestos para las empresas que la desarrollen para las escuelas (niveles de secundaria y preparatoria). Una de las demandas es complementarlas para resolver la falta de maestros para atender a toda la población china.

India, por otro lado, ya tiene docenas de nuevas empresas centradas en la IA para el sector educativo. Las soluciones identifican el contenido que el alumno no pudo aprender en el aula y, a partir de ahí, diseñan programas de enseñanza automatizados adaptados a la demanda de ellos.

Por lo tanto, el futuro de la educación está en el eje de esta tecnología. En la era de la digitalización: crear más, proponer y exponerse más marcará la diferencia. Toda esta preparación debe comenzar en la educación básica, valorando la investigación y el descubrimiento temprano.

Para hacer girar esta rueda, el maestro debe estimular el debate para que los niños aprendan unos de otros y, al mismo tiempo, sean desafiados a preguntar y encontrar nuevas respuestas. En este escenario, la conectividad desempeñará un papel esencial para llevar la información a las ubicaciones más remotas de Brasil. Con dispositivos de IA e Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) se puede preparar maestros, compartir conocimientos y calificar profesionales en una amplia gama de campos.

Con las plataformas digitales disponibles y el crecimiento económico estimado en los próximos años, es probable que se creen nuevos empleos, incluso si algunos desaparecen debido a la automatización. Vivimos en la época en que la fuerza laboral y el conocimiento tienden a reinventarse con la tecnología. La IA ciertamente es y será uno de los principales protagonistas de los nuevos tiempos modernos.

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