Existen transformaciones que son disruptivas, cambian completamente las reglas del juego y llevan a los negocios a dar saltos en competitividad (y a otros a desaparecer). Estas son raras. También existen transformaciones que son “correcciones de rumbo” de transformaciones anteriores, acelerando el desarrollo tecnológico sin necesariamente hacer obsoleto todo lo que vino antes.
En todo el mundo, diversos sectores industriales están viviendo este último tipo de transformación. Es lo que se ha llamado Industria 5.0, y que sugiere que se trata de una quinta Revolución Industrial. Lamento decir que no es así. Sin embargo, eso no la hace menos necesaria ni menos importante para que los sectores de la economía sigan siendo relevantes.
Recapitulando rápidamente más de 200 años de revoluciones en la industria:
- Industria 1.0: (o Primera Revolución Industrial): mecanización, uso de energía hidráulica y de vapor.
- Industria 2.0: (Segunda Revolución Industrial): producción en masa, creación de líneas de montaje, uso de la electricidad.
- Industria 3.0: computación y automatización.
- Industria 4.0: adopción de sistemas ciberfísicos.
La llamada Industria 5.0 es un movimiento que surgió en Japón en 2017 para corregir decisiones no muy acertadas de la Industria 4.0. Esto se debe a que la Industria 4.0 se centró en mejorar los negocios industriales, aumentando el retorno para los accionistas en un escenario en el que el mundo occidental se veía amenazado por las industrias chinas.
En la Industria 4.0, tecnologías como IoT, computación en la nube y manufactura aditiva son deseables, pero no se convirtieron en el paradigma de los negocios, a diferencia de lo que ocurrió en revoluciones anteriores. Y, principalmente, no se puso a las personas en el centro. Por ello, en mi opinión, la Industria 5.0 es más una “4.0.1”: una actualización de la Industria 4.0, con un enfoque en la interacción tecnología + personas y mejoras para aumentar el rendimiento y generar resultados efectivos para los negocios.
La Industria 4.0 buscaba responder a un desafío claro: cómo crear una ventaja competitiva
En el sector industrial, por más definidas que estén las estrategias, lo que sostiene el modelo de negocio es la máxima eficiencia en la transformación de materias primas en productos. Hoy en día, esto se logra no solo con las herramientas de la Industria 4.0, sino también (y principalmente) con un nuevo componente: la Inteligencia Artificial (IA).
Es a través de la IA que las empresas pueden pasar de identificar un problema a prever que sucederá en algún momento (y actuar de manera anticipada para evitar interrupciones y pérdida de rendimiento). En la Industria 5.0, la Inteligencia Artificial es el principal impulsor de la eficiencia, confiabilidad y flexibilidad operativa.
La clave para generar estas mejoras es mejorar la calidad y el impacto de las decisiones operativas. Reducir la latencia entre la ocurrencia de un evento en el entorno productivo, el tiempo de análisis de ese evento, su comprensión, la decisión y el impacto de la decisión, es lo que determina la agilidad y eficiencia de los negocios. Basándose en datos, monitoreo en tiempo real y uso masivo de IA para soportar las operaciones, es posible reducir esta latencia y hacer que las organizaciones industriales sean más receptivas, resultando en un mejor rendimiento y, como consecuencia, una ventaja competitiva.
Hora de la transformación digital
Para que la transformación digital ocurra en el sector industrial, las empresas necesitan involucrar a los principales líderes. Más que la incorporación de nuevas tecnologías, se trata de una transformación de la cultura organizacional respaldada por tecnologías emergentes. Es un proceso que no sucede de la noche a la mañana y, en realidad, es la convergencia de varias iniciativas que ocurren en diferentes niveles:
- Digitización: iniciativas que informatizan procesos manuales.
- Digitalización: iniciativas que mejoran procesos de negocios mediante tecnologías digitales.
En negocios digitalizados es posible realizar la verdadera transformación digital: el uso de tecnologías emergentes para crear sistemas de negocio, modelos de negocio y experiencias para colaboradores y consumidores.
Nadie realiza la transformación digital de una empresa de una vez. Primero, es necesario digitalizar las rutinas operativas, digitalizar estructuras y procesos, y solo después realizar la transformación digital. Para ello, se necesita tiempo, disposición y una visión a largo plazo, lo que hace aún más importante comenzar lo antes posible.
Acortar el ciclo de digitización / digitalización / transformación digital también es esencial, ya que aumenta la competitividad de las empresas. Para ello, es necesario dirigir las inversiones hacia iniciativas que generen resultados, y esto se logra con un uso intensivo y estratégico de datos.
La cuestión es que, en la industria, muchos datos están disponibles en fuentes distintas, de forma desintegrada. Y si logramos recorrer este camino de datos, tendremos éxito para alcanzar los objetivos de negocio, a partir de los recursos de la Industria 4.0 potenciados por la Inteligencia Artificial.
Por el fin de los sesgos
Otra forma de ver la evolución de la industria en la transformación digital es comparar la organización orientada por sesgos con la organización basada en datos. La organización que toma decisiones basadas en percepciones y sesgos utiliza un método que se está volviendo obsoleto, incluso cuando hay datos disponibles. Dado que estas decisiones afectan los indicadores operativos del negocio, es necesario tomar decisiones basadas en datos confiables, sin sesgos, para ofrecer las mejores soluciones y experiencias a sus clientes.
Aquí hay otra gran ventaja de las tecnologías emergentes que forman parte del movimiento Industria 5.0 (IA, IoT y otras): es cada vez más común que los datos existan y estén disponibles, pero sin calidad. Siempre que hay una falta de datos, las tecnologías emergentes pueden ayudar a las empresas a encontrar las mejores respuestas. Y con la IA cada vez más accesible, tiene mucho sentido automatizar al máximo las operaciones y adoptar la tecnología.
En uno de nuestros clientes, la evaluación de la información de inventario a través de visión computacional redujo la actualización del inventario de 24 horas a 60 minutos, con una precisión que aumentó del 90% al 98%. Especialmente en entornos hostiles para el ser humano, el uso de aplicaciones de Internet de las Cosas (IoT), drones, visión computacional y sistemas predictivos que utilizan Inteligencia Artificial ofrece una gran precisión en la recopilación y análisis de datos.
No se trata de una transformación disruptiva como lo fue la máquina de vapor en el siglo XVIII. Se trata, más bien, de una evolución que genera aún más competitividad para negocios desarrollados, tecnológicamente avanzados y que buscan un nuevo salto.
En nuestra visión, la tecnología se está convirtiendo en una base obligatoria para el éxito de la industria en un mundo cada vez más conectado. Cada negocio debe identificar, entre las tecnologías emergentes disponibles, cuáles ayudan en el proceso de aprovechamiento total del valor de los datos.
Pues son los datos los que, cuando están organizados y estructurados, permiten el uso de modelos de IA basados en estadísticas, que eliminan los sesgos. Pero, ¿por qué aún vemos muchos desafíos para la transformación digital de los negocios?
3 factores para el éxito de la transformación digital en la industria
Se estima que actualmente cerca del 70% de las iniciativas de transformación digital en los negocios quedan en el camino sin alcanzar los resultados esperados. Esta trágica estadística se debe a tres grandes factores:
- Falta de enfoque en las personas: las metodologías y procesos deben estar diseñados para colocar a las personas en el centro de las transformaciones. Los cambios ocurren a partir de las personas (sus colaboradores) para beneficiar a otras personas (sus clientes, incluso internos). Por eso, quienes no consideren las diferentes perspectivas de las personas dentro y fuera de la organización en este proceso de evolución, fracasarán.
- Sostenibilidad: las inversiones en tecnología deben considerar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, aunque la mayoría de los CFO no priorizan esta agenda al decidir inversiones. Pero es posible invertir en sostenibilidad y ofrecer retorno financiero a los accionistas, como en el caso de una gran minera, que, utilizando IA, redujo las fugas en ductos de residuos y mineroductos, aumentando la eficiencia operativa.
- Resiliencia: la resiliencia es la capacidad de reacción a las amenazas y cambios, ya sea mediante la adaptabilidad o combatiendo ataques. La resiliencia permite la continuidad de las operaciones incluso ante ataques cibernéticos a la infraestructura de los negocios. Las empresas resilientes pueden acelerar su transformación, ya que están en continua adaptación y modernización de sus sistemas.
A partir de estos tres pilares de la transformación digital, la Industria 5.0 tiene condiciones para ganar competitividad, ser más eficiente en sus operaciones y ofrecer más valor a los accionistas. El uso de tecnología, en este sentido, es una consecuencia de estos pilares, lo que muestra que las empresas están experimentando una evolución del movimiento Industria 4.0.
La gran pregunta es: ¿cómo se está moviendo su empresa en este entorno de transformación digital? ¿Está aumentando su competitividad o está, peligrosamente, quedándose atrás?
Gustavo Brito, director global de IHM Stefanini, empresa del Grupo Stefanini especializada en consultoría e innovación para la transformación digital industrial.